Para responder a la pregunta de cuál es la mejor edad para empezar a aprender inglés tenemos que coger la frase de «nunca es tarde» y darle una pequeña vuelta porque «nunca es demasiado pronto para aprender otro idioma». Aunque todavía hay muchos padres que no caen en la cuenta, en nuestra sociedad cada vez somos más conscientes de que cuanto antes aprendemos algo, más rápido y con más firmeza se nos queda en la mente. Y no solo eso: seremos más diestros y hábiles en la ejecución y el perfeccionamiento de eso que hemos aprendido.
Si hablamos de lenguaje, esto se agudiza aún más: el dominio de una lengua es muy complicado adquirirlo a edades adultas sin invertir grandes esfuerzos en ello. Y, aún así, nunca sabremos expresarnos tan bien como alguien que aprendió ese idioma de pequeño. Diferentes estudios realizados durante décadas confirman que, desde su nacimientos hasta los 4 años, los niños pueden aprender un segundo y tercer idioma sin problemas al mismo tiempo que se empiezan a familiarizar con su lengua materna.
Cierto es que durante los primeros tiempos esta variedad de idiomas les lleva a pronunciarse sin mucha coherencia, mezclando lenguas y usando vocabulario en un idioma y otro sin ton ni son. No panic! Lo que debe preocuparnos no es que el niño no se exprese a la perfección en cada idioma: eso es lo más normal. Lo bueno es que ya está demostrando su versatilidad en todos ellos, su capacidad de retención, asimilación y aplicación de las palabras y conceptos aprendidos a las realidades que maneja. Así que nada de ponerse nerviosos, papis, la mejor receta para esos inicios lingüísticos es la paciencia y el trabajo en familia, orientando al pequeño y ayudándole a colocar cada idioma en un cajón determinado. Cuando menos lo esperemos, empezará a hablar correctamente en todos los idiomas que haya aprendido en este primer período de vida.
Lo dice la ciencia
Existen numerosos estudios que certifican que la inmersión lingüística de los bebés es beneficiosa no sólo para su futuro sino para sus primeros años de desarrollo ya que crecer escuchando varios idiomas durante los primeros 11 meses de vida les ayudará a activar partes del cerebro que la mayoría no llegan a activar nunca. Uno de los más recientes, publicado en el periódico especializado «Developmental Science», señala que los bebés que crecen en varias lenguas desarrollan más facilidad de aprendizaje en lenguas y otras materias.
Los bebés tienen el cerebro en pleno desarrollo y, como si de una esponja se tratara, lo absorben todo sin dificultad siendo más activos y más funcionales cuantos más idiomas aprenden. Esto se debe a que el cerebro cuenta con sus propias herramientas para, en los primeros años de vida, poner todo en orden. De este modo, cuando el pequeño empieza a hablar con fluidez y normalidad lo hará sin problema en todos los idiomas que ha aprendido desde que era bebé. Asimismo, si de adulto quisiera aprender un nuevo idioma diferente le será muchísimo más sencillo que a aquellos adultos que solo cuentan con un idioma de cuna.